Marta Brox Huguet, Abogada.

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martes, 28 de julio de 2015

Los juicios de las películas no suceden en España

        Me hace mucha gracia contemplar las caras de los clientes cuando les cuentas cómo funciona la Justicia en España, y no, en este caso no me estoy refiriendo a las carencias de la Justicia, que las hay y no pocas, sino muchísimas, así estamos; sino que me refiero a la diferencia que existe entre la justicia real y las imágenes que hemos recibido a través de las pantallas de los cines y los televisores.

        Al comienzo de mi andadura profesional, con veinticuatro años y ganas de comerme el mundo, mi carácter era bastante menos templado que el que la experiencia me ha otorgado. Está bien, para ser sinceros tengo que decir que saltaba a poco que me pincharan, a lo que debemos sumar que por aquel entonces todavía creía en la honestidad del ser humano y en la justicia y jamás pensé que pudiera mentirme un perito.

        Con mi poca experiencia, en pleno interrogatorio y dándome cuenta de que el perito me estaba mintiendo descaradamente en una cuestión básica, me enfrenté al mismo e insistí en la pregunta tozudamente en varias ocasiones consecutivas,  cada vez con el tono de voz más hosco; y el perito, sin cambiar el semblante ni el timbre de voz, contestaba una y otra vez lo mismo. Enfrascada en mi enfrentamiento verbal, de repente escuché la voz del Juez que me decía: “Letrada, que no puede usted presionar al testigo”, yo le contesté muy indignada que me constaba que no era cierto lo que decía, y entonces recibí una de las mejores contestaciones que he escuchado en un Juzgado, el Juez, con voz cansina me dijo: “Pero en España no se hostiga a los testigos, existen otros procedimientos, ¿ve? Yo tampoco tengo mazo, ni siquiera una campanilla”.

        Aquello años después me ha hecho reír bastante, el Juez, con mucha gracia, todo hay que decirlo, me vino a decir lo mismo que os cuento hoy: las películas americanas no son un reflejo de la Justicia en España, y así, esa secuencia de “Aquellos hombre buenos” en la que Tom Cruise pregunta una y otra vez de forma más violenta “Ordenó usted el código rojo” a un Jack Nicholson al que logra sacar de sus casillas… no, no sucede en España.  De hecho en España ni siquiera nos podemos levantar del asiento, y casi lo agradezco, porque debéis saber que en muchas salas las togas que nos ponemos son las que existen en la propia sala, es decir, todos los abogados nos ponemos las mismas togas que, normalmente, son de una talla grande, imaginadme pues, con mi pequeña estatura, andando por la sala arrastrando la toga cual novia…. Bastante ridículo ya tiene lugar cuando al sentarnos (y hablo en plural porque esto le pasa a muchos letrados), nos cuelga la toga, hecho de lo que no nos damos cuenta hasta que acercamos la silla a la mesa y con ruedas se nos enreda la toga sobrante , de forma que quedamos absolutamente aprisionados y entonces empiezas a tirar de la toga, intentando que no se note, pero es imposible sacarlo y notas en la cara del contrario que sabe lo que te ha ocurrido… si no está dando tironcetes a su toga…

        En España no se podrían rodar esas escenas en que el cónyuge despechado dice “No te concederé el divorcio”, ya que se puede solicitar por una de las partes y en caso de que se cumplan los requisitos necesarios se decretará por el Juzgado; ni tampoco se podrían filmar las escenas de persecución para notificar una demanda o embargar bienes…

        No, en España si hay que notificar una demanda  va a la casa el agente judicial del Servicio de Notificaciones y Embargos, o incluso el cartero le deja una carta certificada con acuse de recibo. Y si no se puede notar se hace constar y se buscan otras formas de notificación: en otra dirección o por edictos (publicación en el tablón de anuncios del Juzgado).

        Y en el acto del juicio, como decía, estamos todos sentados, se pone en pie quien declara y nadie puede decir nada fuera de su turno. Todos serios, eso sí, sin peluca, que ya me preguntó un cliente que porqué no nos habíamos puesto la peluca.

        También es verdad que en alguna ocasión hay un Juez que te sorprende, como aquel que, en un juicio de faltas sobre un accidente de tráfico, sacó una pequeña mantita en la que había dibujadas muchas calles e intersecciones varias y pidió al denunciante y denunciado que se acercaran al estrado. 
        
        Allí les preguntó si podrían identificar en todas esas calles alguna que se asimilara a la calle por donde circulaban el día que acaecieron los hechos. Las partes señalaron una y entonces el Juez preguntó al denunciante “¿de qué color era su vehículo?”  Este contestó “rojo” y del cajón de Su Señoría salió un pequeño  cochecito rojo. Preguntó el color al denunciado y este contestó “negro”, por lo que el Juez sacó un cochecito negro del cajón. Mirando a las sorprendidas partes,  les dijo “circulen” y como no se movían, les insistió “circulen como estaban circulando, adelante, que quiero hacerme a la idea de cómo colisionaron”. El denunciante, más decidido, puso su coche sobre una de las calles y mientras movía el cochecito emitió el “bruuummm” característico del niño que juega  feliz con su cochecito, y el Juez mirándole con una sonrisa le dijo “vaya, le falla el tubo de escape”.

        El letrado contrario me contó que no era la primera vez que veía a aquel Juez actuando así, incluso pidiendo insistentemente “colisionen ustedes como colisionaron, que necesito verlo”, ya que por lo visto, se hacía una mejor idea de lo sucedido con sus particulares reconstrucciones de los hechos, y sus sentencias eran muy ajustadas. Además, me contó, el Juez tenía vehículos de todos los colores y de varios modelos, regalos de quienes conocían sus métodos de prueba.


        Este Juez, por la edad que teníamos ambos entonces, calculo que hoy por hoy ya se habrá jubilado. Y de verdad que me gustaría que en lugar del típico reloj, en el día de su jubilación los compañeros le hayan regalado algo mucho más original, como él.

miércoles, 22 de julio de 2015

Consejos para una entrega feliz de niños en vacaciones.

CONSEJOS PARA ENTREGAR A LOS NIÑOS EN RÉGIMEN VACACIONAL. RECORDAD QUE SON NIÑOS.

En estos momentos en que se producen entregas y recogidas de niños para el cumplimiento del régimen de visitas en casos de parejas separadas, me gustaría hacer unas reflexiones que quizá sean obvias, pero que por desgracia en ocasiones nos saltamos a la torera y crean conflictos haciendo sufrir a los niños:

1.- Se está entregando y recogiendo a niños, procurad que el encuentro de los padres no sea un problema para ellos. No es agradable escuchar insultos entre papá y mamá; los niños no son sordos, ni tontos; aunque pequeños entienden los mensajes irónicos que os mandáis, y para ellos es muy violento e incómodo.

2.- En la entrega también le estáis educando. El niño aprende de vuestros gestos y actitudes. Si siempre os insultáis aprenderá que esa es la manera normal de hacer las cosas. Aunque os duela o suponga un gran esfuerzo, sed educados, que os vean saludaros, (no es necesario más que un "hola"), y vuestros niños en el futuro serán personas educadas con los demás. Si entienden que es lícito y normal despreciar al otro, nunca podrán mantener relaciones saludables.

3.- Los niños no son mercancías. Si una de las partes no cumple sus obligaciones económicas se le pueden embargar sus bienes, pero si incumple el régimen de visitas a los niños no se les puede coger por la fuerza, los medios son otros aunque os duela.

4.- No situéis a los menores en la tesitura de estar con la Guardia Civil, la Policía Municipal o la Policía Nacional en la entrega. Si la otra parte se retrasa seguro que con un poco de imaginación podéis encontrar otros medios de acreditarlo en un Juzgado o de solicitarle que llegue antes, pero los niños se asustan con los agentes.

5.- No pidáis ni a la Guardia Civil, a la Policía Municipal, ni a la Policía Nacional que cojan a los niños para la entrega: no pueden tocarles. Seamos sensatos, si no pueden tocar tu libreta con los documentos del coche, menos a un niño. Y por supuesto los agentes no se saben de memoria qué día y a qué hora deben realizarse las entregas, no se posicionarán con ninguno, intentarán mediar en todo caso.

6.- El esfuerzo que cuesta hoy tragar quina y poner una sonrisa, se traducirá en que el día de mañana vuestro hijo estará psicológicamente equilibrado.

7.- No ningunees las vacaciones que han pasado con el otro progenitor, ni le sometas a un interrogatorio completo. Han sido sus vacaciones y te irá contando poco a poco. Tampoco des por hecho que no les han tratado bien o que no han seguido ciertas normas. Son cosas para comentar con tu expareja, no con tus hijos.

8.- Durante las vacaciones permite que el niño hable con el otro progenitor. A sensu contrario no llames tres veces al día, no es necesario.

Espero que estas consideraciones, de abogada de familia, os sean de utilidad y podáis facilitar la vida a vuestros hijos.

lunes, 13 de julio de 2015

Las vacaciones de los hijos de padres separados.

        Año tras año en estas fechas recibo la llamada de alguna persona que o bien ya separada de su pareja, o bien a punto de estarlo, no consigue llegar a un acuerdo sobre las vacaciones con los menores. Se pretende de este modo que el Juzgado, en un tiempo record, acuerde unas medidas que los padres no han sido capaces de pactar.

        Es entonces cuando sucede una cadena de acontecimientos que los clientes no pueden ver: en una vorágine de llamadas al abogado o abogada de la parte contraria, al procurador o procuradora del cliente y suplicando a todos los funcionarios del juzgado, el abogado intenta por todos los medios que el cliente disfrute de las vacaciones con sus retoños.

        Normalmente el cliente, desconocedor de los trámites, (lógicamente nadie sabe de todo), suele llamar a tu despacho unos quince días antes de que se produzca el feliz viaje, pero no se dan cuenta de que:

- El mes de agosto es inhábil en familia, sólo se tramitan las cuestiones muy urgentes.

- Pensando que la llamada se realiza en julio, los escritos se presentan en el decanato de los juzgados, de forma que deben llegar desde decanto hasta el funcionario del juzgado correspondiente. No sería la primera vez que pese a que el Procurador acude raudo al Juzgado con una copia de la presentación del escrito en la boca, el juzgado te indica que debe esperar a que le llegue el escrito original. (Burocracia que se llama).

- Deben conjugarse las estrellas para que ese día no exista en el juzgado una guardia, un alarde, o el funcionario en cuestión no haya elegido ese periodo para coger sus vacaciones (que también tienen derecho.)

- Una vez recibido el escrito presentado, debemos rezar para que el Juez pueda señalar una vista dentro de la semana que le pedimos para que se vean las pretensiones de las partes. No olvidemos que para señalar una vista no basta con que el Juez tenga libre la agenda, sino que también debe existir una sala disponible donde celebrarse, cosa que en algunos edificios donde hasta tres juzgados comparten sala, tampoco es fácil. (Previamente habremos rezado a San Judas Tadeo para que el trámite sea éste y no el de dar a la contraparte el plazo de cinco días para presentar un escrito con las alegaciones oportunas).

- Contando con que todo lo anterior se haya producido dentro de los tres días siguientes a la llamada del cliente, contamos con otro problema: notificar a la contraparte. Si existe un procedimiento abierto, por ejemplo de ejecución, puede intentarse la presentación del escrito en dicho procedimiento para que la notificación sea directamente a través del procurador en el día, pero, si inadmiten el escrito, o no hay procedimiento, el juzgado debe notificar por correo o en el domicilio, lo que supone: que la notificación del Juzgado va al servicio de notificaciones y embargos del juzgado, y allí se prepara la notificación, bien personalmente o por correo que debe recoger el demandado/ejecutado.

- Imaginando que todo ello ha funcionado correctamente e incluso que se ha podido celebrar la vista, hemos de tener en cuenta que el Juez, sin dejar los asuntos que tiene encima de su mensa, y que también son urgentes para las personas interesadas, debe dictar Auto y notificarlo a las partes. 

Fin.

        Y esto que he contado concentrado en unas líneas supone además del estrés de los profesionales que reciben infinidad de llamadas de "¿cómo va lo mío?", (que al fin y al cabo es lo de menos porque cobramos por ello), el estres de los progenitores y de los menores. Y esto es lo realmente grave, los menores sufren con todo este proceso, para ellos, niños o adolescentes, las vacaciones es algo tan importante.... (vamos para los mayores también, pero me importáis menos que los niños, así en general, que le vamos a hacer.).

        Cuando el progenitor se encuentra estresado por regla general suele hablar más de la cuenta y entonces se producen los comentarios, a veces inconscientes, tipo "pues hijo si quieres vacaciones pregunta a tu padre/madre", "yo por mí... si ya tengo los billetes, pregunta a tu padre/madre".... Y el niño pregunta, y se estresa, y piensa que ya es una porra que sus padres se peleen todo el año como para además que se tenga que fastidiar sin vacaciones, y llora y sufre y se pone rebelde, y contesta, y se posiciona, y luego los progenitores dice que es un niño difícil y asilvestrado porque el otro no pone límites.....

        Por ello os recomiendo:

- Planificad las vacaciones con suficiente antelación, 
- Comunicad estas vacaciones al otro progenitor si es necesaria su autorización, firma u opinión también con meses de antelación y a poder ser por medio escrito. 
- Recordad que para viajar fuera de España en avión será necesaria la autorización de ambos progenitores ya que la salida de fronteras no es una cuestión de guarda y custodia sino de patria potestad y las compañías aéreas lo están requiriendo.
- Recordad que para la emisión del pasaporte de los menores será igualmente necesaria la firma  y presencia de ambos progenitores por normativa.


         Y por último recordad, a la hora de pedir y ceder en las pretensiones con las exparejas, que un niño debe ser un niño, disfrutar como un niño y saber las cosas de niños. Que las peleas de mayores no son sanas para ellos.