Marta Brox Huguet, Abogada.

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viernes, 13 de noviembre de 2015

La actitud en un divorcio.

        A raíz del artículo que publiqué el miércoles pasado, (y cuyo enlace por si es de vuestro interés os dejo aquí Como hacer un convenio tras la ruptura), varias personas me han comentado que poner imaginación a un convenio es algo casi imposible.

        En primer lugar debemos decir que para llegar al convenio que os comento, debemos partir primero de una situación en la que no exista violencia entre las partes, y en segundo lugar, de la actitud que os indiqué en el anterior artículo: debemos estar abiertos a querer un acuerdo. Nada peor que no querer. Recuerdo una anécdota que he contado millones de veces. Estábamos en el despacho de un compañero redactando un acuerdo, él asistiendo a un cónyuge, yo al otro, y todo discurría en la más estupenda armonía, cuando llegamos al reparto de bienes. "El mueble del salón, para ti cariño, que tienes más sitio en casa", "La cama para ti cielo que la necesitas", "¿Te importa que me quede esto? ¡Por supuesto que no!". El abogado contrario y yo, sorprendidísimos, estábamos felices.... hasta que llegamos a la fondue, que gran error.

- La fondue para mí que me la regaló mi madre.- Dice él.
- Los palillos de la fondue para mí, que se perdieron y los compré yo, - Contesta ella
- ¿Y para qué quieres unos palillos sin la fondue? - dice sorprendido él
- Pues para lo que quieres tú una fondue sin palillos.

          Y ahí se armó una gordísima y nunca firmamos un convenio. 

      Yo entiendo que los temas de los abogados suenan tediosos y aburridos, algo de mucha palabrería complicada, y de aburrimiento soberano. Siempre pensamos que las cuestiones jurídicas son absolutamente rígidas, pero no es cierto, los mejores abogados que he conocido han resuelto sus asuntos con la ley en la mano y con la imaginación en la mente.

      Igualmente he redactado algunos convenios absolutamente maravillosos, y digo redactado porque en realidad lo que he hecho ha sido dar forma jurídica a las ideas de quienes los firmaban, advirtiéndoles hasta dónde podían llegar legalmente. Y he de decir que nunca he tenido que ejecutar estos convenios; como las partes han sido capaces de llegar a un acuerdo ellos solos (y qué tipo de acuerdo) , cubre todas sus necesidades, aunque a los demás les parezcan enrevesadas.

    Hemos acordado guarda y custodias de todo tipo, repartida por horas dependiendo de las posibilidades de los padres que se iban haciendo cargo de los niños tal cual lo hacían cuando estaban casados sin mirar régimen de visitas alguno o custodia compartida que valga, tipo: "tú les llevas al cole, los jueves y viernes les recojo yo, los lunes y martes tú y hacen los deberes, hasta las nueve te quedas en casa que no llego antes, los miércoles que los busquen las abuelas...."; hemos acordado pensiones de alimentos abonando distintas cantidades en distintos tramos según las posibilidades reales de los padres, "cuando terminemos de pagar el crédito que queda poco subimos la pensión a tal cantidad, ahora no que nos ahogamos."; hemos acordado que uno le compre su parte de la casa al otro a cómodos y largos plazos; hemos fijado vacaciones incluso cuando no hay porque el trabajo de uno de los papás le impedía estar con los hijos los fines de semana.... En definitiva hemos creado convenios a la medida de las parejas y de las familias, es más, un compañero mío me dijo que una vez incluyó en el convenio el reparto de los imanes de la nevera y de los muñecos de peluches, al ser unos recuerdos de los viajes de la pareja.

        No podéis imaginar los escenarios de estas negociaciones, desde la mesa de la sala de Juntas de mi despacho, pasando por mi mesa de trabajo, mi casa, incluso la terraza de un bar en un caluroso verano. Recuerdo con especial cariño uno que se forjó en la terraza de mi casa, con unas personas muy allegadas a mí. Por aquella época fumábamos los tres y recuerdo que no daba abasto a vaciar el cenicero, los tres dándole que te pego al cigarro y hablando sin parar. De repente él dijo: "Ahora vengo, voy a por tabaco." Yo por un momento temí que no fuera literal y la frase realmente tuviera su sentido popular, hasta que sonó el timbre y apareció con unas cervezas, un cartón de tabaco, unas patatas fritas y bolsas industriales de basura, y muy sonriente dijo: "Ya tenemos todo lo necesario, para seguir." Y efectivamente, seguimos. 

            Y es que para llegar a un acuerdo hay que tener la mente muy abierta, y quitarse las mochilas que os comentaba y que todos llevamos.

        Por casualidad estaba visionando las charlas de TDEX, (a las que estoy profundamente enganchada), cuando vi que Jorge Blass daba una de esas charlas. Reconozco mi predilección por la magia, y más por Jorge Blass, de modo que conecté los altavoces y me dispuse a escuchar, cuando, para mi sorpresa, me dí cuenta de que estaba hablando de cómo se debe hacer un convenio. Vamos a ver, en realidad no estaba hablando de eso, estaba dando una charla de motivación y estaba aplicando la magia al emprendimiento, pero sus conclusiones eran exactamente lo que las parejas necesitan para llegar a un acuerdo.

        Jorge Blass concluía las frases en negrita, y yo le aplicaba las reflexiones que dejo a continuación:

1.- La realidad se percibe de distintas maneras. Efectivamente, cada uno de nosotros ve la realidad de una manera distinta, según las influencias que recibimos. Para llegar a un convenio de divorcio será necesario hacer desaparecer esas influencias propias así como desplegar toda nuestra empatía para entender al otro. Así acercaremos posturas o entenderemos porqué están alejadas y podremos intentar buscar una solución.

2.- Trabaja hasta conseguir la excelencia: Por supuesto, para llegar a un acuerdo, a una convivencia sana, a vivir la nueva situación familiar, debemos trabajar dos niveles: los sentimientos y la documentación. Quizá el primer día cuesta incluso pensar en que se tiene que hablar con la otra persona, pero poco a poco, trabajando las emociones llegaremos a tolerarlo, incluso a desear llegar a un acuerdo.
Pero también hay que trabajar la documentación, mirar las cuentas, hacer cálculos, pensar en el futuro. Todo ello es trabajo. No sabéis la cantidad de gente que me reconoce que no sabe cuánto pagan de créditos, de hipoteca, cuánto tiempo les queda por pagar, cuánto vale su casa, y por tanto tienen una visión errónea de la realidad que les lleva a no poder cerrar un acuerdo. No hay que esperar que eso te lo haga el abogado, porque tu vida es tuya, y la debes manejar tú, con un esfuerzo.

3.- No hay nada imposible: Efectivamente. A todo se le puede encontrar solución cuando hay voluntad para ello. Muchos creen que es imposible sentarse a hablar, y lo hacen; otros creen que sus situación es la peor y nunca llegarán al acuerdo, pero lo hacen.
Incluso hay quien piensa que la situación de trabajos, visitas, colegios... hará imposible que se llegue a un acuerdo, pero se puede llegar.

4.- Aprovecha lo que tienes porque es más de lo que crees: Lo siguiente lo he observado en las parejas que he visto en el despacho. Ciertamente la separación de la pareja lleva a la separación de economías y eso hace que ambas partes se encuentren peor económicamente, que tengan una sensación de ahogo.
Por otra parte, el dolor de la separación puede llevar a pensar que está sólo, y esos sentimientos producen pena, dolor, desesperación incluso.
Pero todo ello pasa con el tiempo, y entonces estas personas ven que hay algo más allá, que si se ha podido hacer bien, sigue existiendo una familia, no como la que existía cuando la pareja convivía, pero hay familia. Como os decía en el anterior artículo, hay muchas formas de familia. Y la vida continúa, de otra manera, otra etapa, ni mejor ni peor, distinta.
Y siempre, hay una salida, mucho mejor de lo que pudieron pensar en un principio.

        Así que me lancé como una loca, busqué el contacto del gran Jorge Blass, y le pedí permiso para usar el vídeo como ilustración a lo que os comento, y Jorge Blass, que es una maravilla, me ha dado el permiso para incluirlo, de modo que, espero que lo disfrutéis y que lo apliquéis a vuestras vidas.

Jorge Blass, "La magia está en ti" (El enlace por si queréis verlo en youtube)


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Como hacer un convenio tras la ruptura de la pareja.

Para llegar a un convenio debemos buscar el mismo fin
Para llegar a un convenio debemos buscar el mismo fin
        Me han preguntado en muchas ocasiones qué es un convenio regulador, qué debe incluirse y cómo se redacta. También en muchas ocasiones me han comentado "hay muchos modelos de convenio en internet". Pues creo que un modelo de internet queda corto, y es necesario tomarse muy en serio la forma de redactar el convenio regulador, puesto que será el documento por el que va a regirse la familia desde la formalización de la ruptura de la pareja. En el mismo se regularán tanto las medidas económicas como las personales de la pareja.

        Para redactar un convenio regulador, lo primero es partir de una situación normal de ruptura, ¿qué quiero decir con ello?, que no estemos hablando de existencia de violencia verbal o física por ninguna de las partes que van a separarse.

        En segundo lugar, debe quererse de verdad un acuerdo que regule las relaciones entre la pareja, ya que si una de las partes no quiere firmar este acuerdo, por miedo, venganza, dolor o cualquier otra causa, no llegaremos a ningún lugar por mucho que se intente negociar.

        En el convenio regulador caben cuantos acuerdos quieran incluir las partes, siempre y cuando existan unos mínimos garantizados en favor de los menores que pudieran existir. Así, normalmente se incluye:

1.- Patria potestad sobre los niños. Esto es, en definitiva, ser padre o madre, es decir, tomar las decisiones sobre los hijos, sobre la educación, la salud, la existencia de educación religiosa o no, etc. Salvo que existan problemas graves suele ser ejercida de forma conjunta entre ambos progenitores.

2.- Guarda y custodia. En este apartado se decidirá con quién residirán los hijos, y hay un amplio abanico de posibilidades, guarda y custodia monoparental, compartida, monoparental con un amplio régimen de visitas. Se puede configurar como deseen las partes, siempre que sea lo mejor para los hijos y éstos queden cubiertos.

3.- Régimen de visitas. Yo suelo incluir que será el más amplio que decidan los progenitores en cada momento, si bien, para el caso de que no se llegue a un acuerdo se deben establecer unos mínimos. Debemos tener en cuenta que el régimen de visitas es un derecho y obligación tanto para progenitores como para hijos, y debe respetarse siempre, pues es un punto fundamental de las relaciones paternofiliales y del desarrollo de los menores.

4.- Pensión de alimentos: Es la pensión que debe abonarse para cubrir las necesidades de educación, salud, alimentos, vestido, y alojamiento de los menores. Existen unas tablas orientadoras que, para ser sinceros, no he usado nunca, y que he conseguido que no se apliquen en el Juzgado, por lo que no suelo prestarles atención. 

        A mis clientes les recomiendo que se sienten en casa con una lista REAL tanto de los ingresos de las partes como de los gastos de los niños, TODOS LOS GASTOS.

        Aquí se diferencian los gastos ordinaros, que son aquellos que se prevén, como comida, ropa, libros, matrículas de colegio.... que entran dentro de la pensión de alimentos ordinaria, de los gastos extraordinarios, que son aquellos que no pueden preverse, como ortodoncias, gafas, clases de refuerzo, clases extraescolares.... Este tipo de gasto suele abonarse por mitad o en caso de desacuerdo, por quien decida que se realice la actividad o gasto.

        Vuelvo a decir que existe un abanico de posibilidades amplio para establecer el pago de pensiones.

5.- Domicilio: Se establecerá el uso del domicilio familiar, así como el pago de los gastos que deriven del uso de la vivienda. Ello no quiere decir que se pierda la propiedad.

6.- Cargas del matrimonio: En caso de que existan deudas que deban ser abonadas por ambas partes por ser deudas nacidas en el seno del matrimonio, tales como hipotecas, créditos, deudas... Se pueden establecer pactos para su pago, también de múltiples maneras, bien por uno con cargo a la liquidación de gananciales, por ambos a partes iguales, en porcentajes...

7.- Pensión Compensatoria: Es la que un cónyuge abona al otro si la ruptura del matrimonio le produce un desequilibrio económico. Está reglado en el Código Civil sus requisitos y su extinción, no así su cuantía.

         Este sería el contenido mínimo, pero también se pueden incluir otros temas como liquidación del régimen económico en caso de matrimonios, o la venta de inmuebles en un futuro o cualquier otra cuestión que quieran introducir las partes.

El camino a recorrer tras divorcio es largo        La verdad es que cuando les planteo a los clientes las múltiples posibilidades que puede tener su convenio, su futuro empiezan a ver la luz. Recomiendo siempre, eso sí, que intentemos que los acuerdos sean de larga duración, para no tener que variar y firmar el convenio, ya que el camino a recorrer en esta nueva situación será largo, puesto que aun separados, formáis una familia con vuestros hijos, y os tendréis que relacionaros entre vosotros por ellos: en el colegio, instituto, graduación, boda, o cualquier problema del menor que requiera un acuerdo por vuestra parte.

        Al hilo de lo anterior, os pondré un ejemplo: una vez divorcié a una pareja que se encontraba en el sexto mes de gestación del embarazo de su futuro hijo. En ese caso el convenio llevaba aparejadas clausulas para el caso de que el embarazo no llegara a término, para el caso de que llegara, y para todas las etapas del bebé, nacimiento, lactancia, situación hasta los tres años, situación tras los tres años, la relación del bebé con el padre, el pago de pensión de alimentos en cada etapa de la vida del niño... Era un convenio larguísimo, pero tanto el Fiscal como el Juez entendieron que era la forma de que la pareja tuviera menos conflictos y lo aprobaron.

        Como veréis el contenido del convenio regulador es algo importante y moldeable, es algo que debe sopesarse mucho, que debe pensarse con tranquilidad, y que excede, con mucho, de lo que puede ofrecerte un modelo de convenio.

         A continuación, os dejo un vídeo que he realizado con cariño para daros unas pequeñas directrices que os guiarán para comenzar a pensar en los acuerdos que debe contener el convenio regulador.