Marta Brox Huguet, Abogada.

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lunes, 5 de octubre de 2015

El Derecho a la presunción de inocencia y la prensa

       Nos encontramos en un tiempo en el que las noticias, además de requerir rapidez en su publicación, deben presentarse de una forma llamativa, creativa; es necesario captar la atención del lector antes que lo haga cualquier otro medio, y ese objetivo, con la existencia de las redes sociales, se ha vuelto muy complicado.

        Pero ello no justifica que algunos periodistas falten al rigor necesario a la hora de publicar las noticias, ya que en muchas ocasiones mueven a confusión a muchas personas, que quizá, impulsados por la supuesta razón que les otorga haber leído la noticia, puedan complicarse la existencia.

         Esta reflexión la realizo porque hace unos meses, se publicó en un periódico de tirada nacional que se había detenido al pederasta de Ciudad Lineal. Posteriormente, otro periódico igualmente relevante publicó que se había detenido al asesino de las jóvenes de Cuenca. En estas dos ocasiones no dije nada; pero cuando hace poquísimos días vi en Twitter que un periodista, con muchos seguidores, retuiteaba una noticia de uno de esos dos periódicos que decía que se había detenido al asesino de Eva Blanco, quise rectificar esa noticia, sobre todo por el periodista que lo había publicado, con el que había interactuado anteriormente, y le hice notar que debía decir "supuesto asesino", para evitarse problemas posteriores.

        Antes de que me contestara el periodista, me contestó un desconocido diciendo, que lo mío era una "gilipollez" y "postureo". En los 140 caracteres que me permite twitter intenté explicarle a este desconocido porqué decía esto. No sé si lo entendió, pero me quedó pendiente para escribir este post.

         El artículo 24 de la Constitución Española recoge el principio de la presunción de inocencia que ampara a todos los individuos; principio igualmente recogido en el artículo 11 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

        ¿Y qué significa esto? Muy sencillo, toda persona acusada de haber cometido un delito, debe considerarse inocente hasta que una sentencia dictada por el Juzgado ante el que se ha seguido un juicio declare que es culpable. Así no se puede decir "asesino" sino "supuesto asesino" hasta que no se haya juzgado.

        Entiendo que moralmente, cuando se publica en una noticia que se ha encontrado el ADN, o que el acusado ha sido reconocido por la víctima. automáticamente en el ser humano nazca esa espontánea expresión de "asesino", si bien, respecto de la prensa, espero un poco más que eso, espero rigor en las noticias, espero que informen, no que incidan erróneamente en el lector.

        Pongamos por ejemplo el lejano asunto del crimen de Cuenca, hecho real que Pilar Miró llevó a la pantalla de la televisión, ninguno de los detenidos era el culpable, en realidad ni siquiera existió crimen; o el más reciente caso de Rocío Wanniklonf, cuando se acusó, enjuició, incluso condenó a Dolores Vázquez, siendo inocente y posteriormente se probó su inocencia. ¿Recordáis su juicio paralelo? Existió, fue condenada incluso antes de que se dictara la errónea sentencia.



        Sin ir más lejos, miro en mi despacho hace unos años. Tenía un asunto en el que una madre había denunciado un caso de violencia sobre su hija, acusando al padre de ser un maltratador. El padre, mi cliente, estaba derrotado, lloraba y me juraba que nunca había maltratado a la niña. Incluso tras las diligencias urgentes el Juez me reconoció tener serias dudas sobre la verdad de la denuncia interpuesta, pero con conjeturas no podía dejar el asunto en el aire y dictó medidas de protección a la menor, por las que el padre tenía que ver a la niña un día en semana y en un Punto de Encuentro bajo la vigilancia de los profesionales.

        El problema de este caso radicaba en que la menor, cuando le preguntaba el Juez, o aparecía un adulto, decía que su padre le maltrataba, por lo que ningún juez, (pasamos por dos), quería modificar la medidas de protección. Y así estábamos cuando una mañana de verano apareció mi compañera Paloma y me dijo "Concha García Campoy en el teléfono, que quiere hablar contigo", y yo muerta de la risa pensando que era broma no le hice caso; hasta que empezó a darme mensajes "te llaman de A3", "Te llaman de España Directo", "Te llaman de TVE". Entonces me llamó el cliente llorando de nuevo: "Estoy en todos los periódicos, me llaman las televisiones".

     ¿Qué estaba pasando? Muy sencillo, la madre se presentó en todos los platós, en todos los periódicos y empezó a contar la historia de una niña a la que el Juez obligaba a ver a su padre pese a que éste era un maltratador. Y así lo publicaron y así apareció en aquellos programas de la tarde veraniega.

      Fue la primera y única vez que he visto mi caso en los medios de comunicación, muy desagradable, porque no querían informar, querían carnaza, querían que fuéramos a un plató para dejar a mi cliente como un maltratador. Por supuesto no entramos en este juego pero, ¿Y el daño que se hizo al acusado?.

        Un año después pudimos demostrar su inocencia y las medidas desaparecieron pero, ¿quién repara el dolor que aquel verano le produjeron por no respetar el principio de presunción de inocencia?

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